Corea fue una colonia del imperialismo japonés hasta el año 1945, año en que Japón se rinde frente a los aliados de la segunda guerra mundial imperialista. Con Japón rendido el imperialismo yanqui busca quedarse con Corea como colonia. El pueblo coreano resiste la nueva intromisión imperialista hasta que finalmente en 1948 Corea queda dividida en dos: el Norte expulsa a los imperialistas yanquis que se refugian en el Sur.
Está pendiente aún la tarea de reunificar Corea para que se transforme en una Nación soberana e independiente. Lo cual sólo puede llevarse a cabo venciendo a las potencias imperialistas que la han descuartizado. ¿Quién debe vencerlas? El pueblo coreano debe vencerlas y lo hará inevitablemente. Tanto en el norte como en el sur del país las masas vienen sufriendo la opresión imperialista y por lo tanto, el pueblo coreano, con una larga tradición de lucha, debe unirse como un solo puño para lograr liberar al país del yugo imperialista.
LOS RESULTADOS DE LA GUERRA DE COREA
Entre 1950 y 1953 el pueblo coreano libró una guerra de liberación nacional contra la invasión militar del imperialismo yanqui. El pueblo de Corea, en el Norte avanzó resistiendo y no permitió ser transformado en una colonia yanqui.
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Bombas yanquis en la guerra de Corea |
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Soldados yanquis custodian a prisioneros norcoreanos |
La guerra de Corea fue cruenta y despiadada. El imperialismo yanqui lanzó contra Corea más bombas que las que arrojó durante toda la segunda guerra imperialista mundial. Todo Norcorea fue reducido a escombros y cenizas producto del incesante bombardeo yanqui. Pyongyang quedó destruida en un 75%, Hamhung y Wonsan en un 80%, Chingjin un 65%, Sinanju en un 100%, Sariwon en un 95%, Hungnam en un 85%. Pero el pueblo que todo lo construye, volvió a levantar el país y tanto en el norte como en el sur, las masas laboriosas reconstruyeron todo.
La guerra de Corea finalizaba con la derrota del imperialismo yanqui, con el triunfo de las fuerzas de liberación nacional comandadas por Kim Il Sung en el norte y con la parte sur del país convertida en una colonia yanqui.
LA LUCHA DE CLASES AL INTERIOR DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL
Eran años complejos de la lucha de clases. En 1953 las masas de la URSS y el Partido Comunista (bolchevique) sufrían un duro golpe con la muerte de Stalin. En China la lucha de clases al interior del Partido Comunista se agudizaba y el Presidente Mao Tse-tung se ponía a la cabeza de la fracción roja que impulsara la lucha contra la nueva burguesía que se camuflaba en los puestos del Estado y cargos del Partido.
Corea del Norte era reconocida como parte del campo socialista y el Partido del Trabajo de Corea formaba parte del Movimiento Comunista Internacional. Llegando incluso a participar en la Gran Polémica contra el revisionismo soviético, que desde 1956 (en el XX Congreso del PCUS) comienza a restaurar el capitalismo en la URSS.
Si con la muerte del camarada Stalin los revisionistas soviéticos restauraron el capitalismo en la URSS; con la muerte del Presidente Mao Tse-tung los revisionistas chinos restauraron el capitalismo en China. Dos golpes del imperialismo a los pueblos del mundo y al Movimiento Comunista Internacional que causaron gran confusión entre los pueblos y sus destacamentos de vanguardia. Es en este contexto que Corea del Norte pasa a ser una semicolonia de la URSS y China, mientras Corea del Sur seguía siendo semicolonia del imperialismo yanqui.
LA “IDEA JUCHE”
Mientras el Partido del Trabajo de Corea luchaba contra el imperialismo y por la construcción de socialismo, hizo suyas las banderas del marxismo-leninismo (hoy marxismo-leninismo-maoísmo). Es por eso que para llevar a cabo la traición de volver a postrarse ante las potencias imperialistas el Partido del Trabajo de Corea desechó la ideología del proletariado bajo el argumento de que habían descubierto una ideología superior, a la que llamaron: “la Idea Juche”.
Según los funcionarios del Estado norcoreano, la Idea Juche es una nueva ideología, superior al marxismo. Pero hasta ahora nadie ha dicho en que se basa esta supuesta superioridad, debido a que es absurdo que una ideología sin fundamentos pueda ser superior a la única ideología científica verdadera y todopoderosa del proletariado. Esta misma línea han seguido todos aquellos “líderes” que disfrazándose de revolucionarios se esfuerzan por detener la revolución, declarando caduco el marxismo y queriendo reemplazarlo con teorías contrarrevolucionarias. Por ejemplo: Chávez con el socialismo del siglo XXI en Venezuela, Avakian con la nueva síntesisen Estados Unidos y Prachanda con la democracia del siglo XXI en Nepal. El pueblo no necesita ninguna “nueva” ideología, lo que necesita es aplicar la ideología del proletariado a la realidad concreta de cada país.
PUGNA INTERIMPERIALISTA
Actualmente el imperialismo atraviesa los efectos de una grave crisis, que a su vez, se desenvuelve dentro de la crisis general del capitalismo. Los rescates financieros y los cálculos de ingeniería resultaron impotentes para sacar a los países del pantano de la recesión.
El imperialismo, sabiendo del corto alcance de las medidas financieras, pretende salir de la crisis, descargando los efectos sobre las masas trabajadoras, principalmente, de las colonias y semicolonias y de forma complementaria sobre las masas de sus propios países. Las invasiones imperialistas a Irak, Afganistán, Libia, Siria, Egipto, Yemen y Mali, tienen como complemento las medidas de recorte fiscal a las masas del resto del mundo, incluyendo a las masas de los países imperialistas. Es decir, para el imperialismo la invasión militar sigue siendo la política principal.
Es en este contexto donde cada potencia y superpotencia imperialista acrecienta la pugna por controlar las colonias y semicolonias que se encontraban en manos de otra potencia y superpotencia imperialista. Sin embargo, aún no se enfrentan en conflicto armado abierto, sino que, en la etapa actual, lanzan a los títeres de las colonias y semicolonias para que se enfrenten entre sí.
En el caso actual. El gerenciamiento de Corea del Norte acusa haber sufrido provocaciones por parte del gerenciamiento del Corea del Sur, ante lo cual declaró Estado de Guerra y lanzó amenazas sobre la posible utilización de cohetes y armas nucleares. Frente a esto el gerenciamiento de Corea del Sur declaró estar igualmente preparado.
El imperialismo yanqui salió en defensa de su semicolonia, movilizando tropas, aviones invisibles y un escudo antimisiles; China movilizó tropas, pero se apresuró (un poco tarde) a manifestar que esto debe terminar y que los países involucrados en el caso deben llegar a un acuerdo. ¿Por qué? Porque este conflicto, hasta ahora diplomático, terminó favoreciendo al imperialismo yanqui, que instaló bases militares en Corea del Sur, avanzando en cercar militarmente a China. Los yanquis no sólo alejaron el conflicto de su país, sino que además lo llevaron a la frontera con China, lo que es estratégico en el caso que estalle una nueva guerra imperialista.
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Protestas en Corea del Sur |
NO ESTÁ CONJURADO EL PELIGRO DE UNA NUEVA GUERRA IMPERIALISTA
Mientras exista el imperialismo se acrecienta la crisis y la opresión a las masas del mundo, se acelera la pugna imperialista por las colonias y semicolonias. Pero al mismo tiempo aumenta la lucha de las masas que no están dispuestas a ser el botín de los bandidos imperialistas.
Las masas del mundo no están dispuestas a seguir siendo gobernadas como lo han sido hasta ahora. Frente a la actual situación sólo el desencadenamiento de cada vez más guerras populares en cada uno de los países del mundo puede evitar que desaten una tercera guerra de rapiña y pillaje. Pero si los imperialistas osan embarcar al mundo en una nueva guerra imperialista, esto sólo acelerará la revolución proletaria mundial. La historia así lo ha demostrado. Las dos guerras mundiales imperialistas terminaron con el hundimiento de parte de las potencias beligerantes y con el triunfo de dos revoluciones socialistas. Esto es evidencia de que la revolución es tendencia histórica y política principal.
VIVA EL PUEBLO COREANO
Como expresión de la opresión imperialista, las masas coreanas están siendo lanzadas a combatir entre sí: las del norte contra las del sur. Pero tanto en el norte como en el sur las masas coreanas sufren la opresión de sus gobiernos lacayos de las potencias imperialistas.
El pueblo de Corea es uno y como uno debe luchar contra las potencias y superpotencias imperialistas que hoy lo tienen dividido y repartido, como cualquier botín repartido entre ladrones.
Corea es un país descuartizado por los chupasangres que hoy hacen tentativas de guerra. Pero el pueblo coreano ni nadie puede ir contra las leyes de la historia y una ley es que las naciones oprimidas deben transformarse en naciones libres, que las naciones desmembradas en pequeños principados del imperialismo deben conquistar la independencia coronando la lucha de liberación nacional con la expulsión completa de su principal enemigo: el imperialismo.
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