HUELGA DEL SINDICATO ÓPTICAS GMO

HUELGA DEL SINDICATO ÓPTICAS GMO

El pasado jueves 14 de septiembre detonó a nivel nacional, con vuvuzelas y silbatos, el paro de Sindicatos Ópticas GMO, en la que, cansados de las condiciones desiguales,  los trabajadores se movilizaron para decir: ¡¡basta!!

Tuvimos la oportunidad de conversar con Lidia Ramírez, funcionaria hace 18 años de la tienda ubicada en Ahumada con Moneda -en el centro de Santiago-, donde junto a ella se concentraron todos los operarios de ese recinto.

EP: Cuéntenos, ¿cuántos trabajadores componen el sindicato?

Lidia: “Alrededor de 600 personas, de Arica a Punta Arenas”.

EP: ¿y los de la empresa?

Lidia: “Sobre los 1.000 trabajadores a nivel nacional”.

EP: ¿Por qué decidieron irse a huelga?

Lidia: “Por mejoras salariales, igualdad entre el edificio central con los locales…”.

EP: ¿En qué consiste eso?

Lidia: “Existe un edificio corporativo, en el cual trabaja una cierta cantidad de personas que se encargan de la administración, y por otro lado, están los locales, que realizan todas las labores de venta, que son el motor de la empresa, pero entre ellos hay una clara diferencia de los sueldos base”.

EP: ¿Cuántos trabajadores son del edificio corporativo? ¿Están en el sindicato?

Lidia: “Alrededor de 150 o 200, algunos están inscritos en el sindicato, son los menos”.

EP: ¿Y cuáles son las diferencias salariales?

Lidia: “Los trabajadores de locales tenemos un sueldo base de $280.000, el mínimo, más las comisiones por venta, que son malas. Además, no nos pagan la colación, nos entregan una tarjeta Amipass con cupo de $32.000, la cual nos limita a comprar en ciertos restaurantes asociados a la empresa, de los que ni siquiera se equiparan a la liquidación de sueldo. Incluso tampoco conviene porque solo venden comida chatarra”.

EP: ¿Entonces ustedes están exigiendo una asignación por colación?

Lidia: “Sí, porque si nos dan dinero podemos comprar en otros lugares, en ferias o supermercados, traer nuestros almuerzos de la casa, si así lo hacen algunos también. Es más económico”.

EP: ¿Por qué nunca antes se fueron a huelga?

Lidia: “Porque el sindicato es relativamente nuevo, tiene 6 años y poca experiencia (…) Ahora están en una negociación los directivos, ojalá lleguen a un acuerdo, aunque claro pueden hacerlo, tienen el dinero, solo que los dueños, que son italianos, no quieren hacerlo para no dar su brazo a torcer”.

EP: ¿No será para debilitar al sindicato?

Lidia: “Por supuesto, aunque no lo van a lograr. La mayoría de los trabajadores está sindicalizado, inclusive los part-time”.

EP: Continuando con las diferencias, ¿puede especificarlas?

Lidia: “Sí, se da mucho por las zonas. Los sueldos cambian en todos lados, si son de otras regiones o de lugares periféricos baja el monto, en comparación con los locales de zonas oriente que tienen más oportunidades y mejores condiciones laborales. Estamos exigiendo una real nivelación de esto, no es justo que siga así”.

En vista de este testimonio, queda en evidencia que la necesidad de frenar la faena para conseguir un objetivo es fundamentada con un sentido racionablemente plausible, cuya ejecución debe ser unida y organizada.

Derrocar al viejo mercado monopólico es una de nuestras misiones para reivindicar y enaltecer la fuerza que los obreros ejercen en su rutina, la cual aún no es bien retribuida.

¡¡A agitar todos los rincones, que es hora de una huelga!!