
Fuente: Estrategia
Y aunque las razones son diversas –y cada sector tiene su particularidad– de acuerdo al director de Conadecus (Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios, que recientemente frenó la fusión LAN-TAM), Ernesto Benado, “gran parte de las alzas de los servicios básicos se debe a la deficiencia de los órganos reguladores que no tienen ni la capacidad técnica ni económica para ajustar los cálculos con rapidez y, menos aún, para prever los cambios tecnológicos que vienen”.
En Chile, desde la década del ’80, se implantó un sistema que asegura una rentabilidad a los servicios básicos. Consiste en que “el regulador idea una ‘empresa modelo’ que establece una relación respecto de cuál es la infraestructura, patrimonio y costos necesarios para operar cada servicio, garantizando además una utilidad”. A juicio de Benado, “hay algunas deficiencias en el sistema, por ejemplo: ¿Por qué si se produce una economía en una empresa de servicios, especialmente en las sanitarias, no se rebajan las tarifas? Le pregunté al Departamento de Regulación de Servicios que hay en el Ministerio de Economía, y me explicaron que el proceso dura cuatro a cinco años y si hay una rebaja en el costo, sólo se aplica para el período siguiente de fijación tarifaria. Recién ahí se toma en cuenta que la utilidad garantizada se mantiene bajando las tarifas”. Y agregó que “eso es un contrasentido, porque evidentemente los entes reguladores y el equipo del Ministerio de Economía no están en condiciones de estar permanentemente viendo cuál es la tasa de utilidad de la empresa. Esto permite muchas manipulaciones”.
Electricidad
Chile tiene una capacidad de generación eléctrica cercana a los 15.000 MW, con una proyección de crecimiento del consumo de 1.000 MW en los próximos años, pero a su vez uno de las más altas tarifas en la región, lo que ha abierto un debate no sólo a nivel de consumidor, sino también para la industria.
Hugh Rudnick, académico de la UC y socio de Systep, explicó que “los precios que pagan los grandes clientes –industrias– son negociados libremente entre ellos y los generadores. En el caso de los consumidores domiciliarios, las tarifas que se pagan son una suma de varios factores: precios de generación, costos por transmisión y distribución”.
Explicó que la situación de las tarifas “y que se proyecta a futuro, está muy condicionada por el hecho de que teníamos un combustible muy económico y que suponíamos abundante como el gas argentino. Cuando eso se acabó nos quedamos con instalaciones que no eran suficientes para satisfacer la demanda con el ritmo de la capacidad de generación y se tuvo que recurrir a quemar diésel, que es bastante caro. Eso hizo que se dispararan los precios y que llegáramos a tener los precios más altos de Sudamérica, después de Uruguay”.
Detalló que en la década de los ’90 “teníamos costos de US$30 a US$40 por MW/hora. En estos últimos años llegamos a valores sobre US$300 por MW/hora, debido al costo marginal del sistema, que es el costo de la unidad más cara que genera en cada hora, y como eso se hace con diésel, que es caro, se traspasa al consumidor final”.
Benado señaló, a su vez, que “una de las principales distribuidoras eléctricas del país ha mantenido una tasa de utilidad del 20%. ¿Cómo se explica que no se hayan rebajado las tarifas eléctricas, sino por el contrario, se han casi triplicado pasando de $40 kw/hora a $110 por kw/hora? La empresa dice que cuando calcula las utilidades se incluyen los negocios relacionados, es decir, las ventas que realizan de aparatos eléctricos y el sistema de créditos que ha implantado. Es un debate que hemos tenido con ellos”.
De acuerdo a Ronald Fischer, CEA-DII de la Universidad de Chile, el aumento en las tarifas de la electricidad se debe a varios factores. Entre ellos, mencionó “la sequía, el aumento de los precios de los combustibles –que es el principal factor–, que ha habido poco desarrollo de la hidroelectricidad y también que el sistema de transmisión está un poco limitado”. Asimismo, indicó que otro factor “puede ser que las licitaciones que se hicieron de contratos de suministros para las empresas reguladas tienen un precio muy alto por la poca competencia que hubo por ellas”.
“La posible baja de tarifas en generación eléctrica hacia futuro está en la medida que se instalen más centrales hidroeléctricas, ya que los segmentos de la transmisión y distribución son eficientes y sus precios han ido bajando en cada fijación tarifaria”, aseguró Rudnick.
Agua Potable
Recientemente se dio a conocer un informe, encargado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que revela que las tarifas de las empresas sanitarias debieron disminuir a partir de 2005. Sin embargo, ello no ocurrió. De acuerdo al director de Conadecus, “hay un traslapo entre la forma de calcular las utilidades y los plazos tarifarios”.
En la cuenta del agua se considera: agua potable, recolección de aguas servidas y de descontaminación, y Benado agregó que “el ingreso por tratamiento de aguas aumentó mucho. Ha habido inversiones y, por ende, un nuevo costo, el problema está en qué se hace con el agua tratada. Y durante cinco o seis años se devolvió a los cursos naturales sin cobrar por ella, pero es que si las empresas lo hacían, aumentaban sus utilidades y ello conlleva a que le baje en el próximo programa tarifario”.
El gerente de Estudios de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), Patricio Herrada, responde que “las tarifas son fijadas a cada empresa por la autoridad, a través de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, cada cinco años”. Comentó que “lo único que sube en esos cinco años es que se indexan las tarifas, se reajustan, por ejemplo, para la crisis en 2008 bajó como un 15% y todas las eficiencias se reconocen en el próximo proceso de establecimiento de las tarifas”.
En todo caso, “ha pasado que en los últimos procesos tarifarios ha ido más a la baja que a subir”, afirmó.
Asimismo, “no es que la tarifa en los últimos diez años haya subido porque el agua está más cara, sino porque se incorporó el servicio que es la descontaminación de las aguas. En el año 2000 era menor a un 20% y hoy es cercana al 90% y en 2012 la descontaminación de aguas servidas urbanas va a ser del 100%, que ningún país de América Latina tiene”.
Otra de las críticas que ha recibido el sector es que dentro del pago total de la cuenta del agua se considera luego su recolección y tratamiento, en circunstancias que en casos como el riego, estos últimos dos procesos no se requieren. Sin embargo, Herrada indicó que “el modelo tarifario considera que un 20% del agua no se devuelve ya sea por riego o lo que sea; para todos los clientes lo mismo. El cliente paga por lo que consume y quien más lo hace debe pagar sobreconsumo, porque se necesita más infraestructura para poder abastecerlo”.
Telefonía
Benado detalló que “el mercado se ha dividido en telefonía fija y celular. La primera ha disminuido, mientras que la otra ha aumentado en cuanto a presencia”. En ésta última, “hubo un gran período de inversión en el activo fijo y las empresas perdían dinero, pero una vez que se terminaron las amortizaciones rápidas comenzaron a ganar, y el ente regulador, con un poco de retraso, comenzó a tramitar las rebajas de precios”.
Concordó con él Fischer, quien señaló que “en telefonía, especialmente la fija, mi impresión es que los precios han bajado, sólo que tal vez demasiado lento”. En todo caso considera que “podría haber más competencia, porque los precios podrían descender aún más”.
Se espera que la entrada en vigencia de la portabilidad numérica le imprima mayor competencia al sector y, por ende, las tarifas bajen.
Gas
- “En 2012 se acaban los contratos de importación de gas natural, que son precios muy altos, y probablemente los nuevos contratos debieran ser mucho más bajos y más competitivos respecto a otras fuentes de energía”, afirmó Fischer.