HAITÍ: LA REVOLUCIÓN ES LA ÚNICA SOLUCIÓN (Movimiento Revolucionario Internacionalista)

El 29 de febrero se cumple un año más de que Jean Bertrand Aristide, presidente hasta ese entonces de Haití, fuera expulsado por un golpe militar orquestado por el imperialismo yanqui y sus lacayos internos y externos en el 2004.

Desde aquel entonces, una intervención militar directa de Estados Unidos, a través de la ONU, ha tomado el control del país. Esta operación es liderada por la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) con participación de tropas chilenas y cuyo primer encargado en conducirla fue Juan Gabriel Valdés, representante del viejo Estado de Chile ante las Naciones Unidas y hoy embajador de Chile en Estados Unidos. 

Con la publicación de estos artículos damos comienzo a analizar poco a poco cuál es la situación política, económica y social de Haití, una de los paises más pobres de América y donde ni siquiera el 50% de la población tiene agua potable, la cesantía supera el 80%, tiene una de las mayores tasas mundiales de contagiados con VIH-Sida. Ha sido invadido por el cólera, la violencia armada, la inseguridad y desprotección de los civiles. Donde sus mujeres son víctimas de casos de violaciones cometidas por los “cascos azules” de la ONU, país del cual miles de inmigrantes han buscado refugio en Chile, sufriendo una doble explotación en este territorio: de clase y racial.

Para ello comenzaremos traduciendo unos artículos publicados en 1988 por el Movimiento Revolucionario Internacionalista, tomando los comentarios del blog Servir al Pueblo de Brasil.

manif democ cntr ocupac fzas ONU.jpg
Manifestación democrática contra la ocupación de las fuerzas de la ONU en el país.

«Nota del blog Servir al Pueblo de Brasil (11 enero 2016): La siguiente publicación reúne trozos de documentos elaborados por revolucionarios maoístas y simpatizantes del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) en Haití, publicada en la revista dirigida por el MRI “Un Mundo que Ganar”, de 1988, traducido por el compañero Alessandro Santos.

Actualmente, Haití es escenario de una ocupación genocida por las fuerzas de la ONU, ocupación dictada por el imperialismo yanqui y coordinada por las fuerzas armadas brasileñas que entrenan sus soldados en el espíritu de la brutalidad genocida con nuestros hermanos haitianos, para después traerlos de vuelta a practicar todo el terror aquí también.

repblica-de-hait-mapa-33666894.jpg
Mapa de Haití, que ocupa un tercio de la isla La Española y limita al este con República Dominicana.

Los documentos a continuación son, por lo tanto, cada vez más actuales.

LA REVOLUCIÓN ES LA ÚNICA SOLUCIÓN

Por el Grupo Revolucionario Internacionalista Haitiano (GRIA)

Desde la caída de Jean-Claude Duvalier (Baby Doc) en febrero de 1986, las clases dominantes de Haití y sus maestros imperialistas se han esforzado por conducir un régimen estable, además de romper el espíritu y resistencia de las masas que Duvalier contuvo con el terror de Tonton Macoute, una fuerza paramilitar haitiana.

Jean Claude Duvalier.jpg
Jean Claude Duvalier (Baby Doc)

Muchos de los ataques enemigos se centraron o relacionaron con el circo electoral. Los meses que antecedieron a las elecciones del 29 de noviembre de 1987 fueron particularmente intensos. Durante el verano, una huelga general y violentos levantamientos tuvieron lugar en la capital Puerto Príncipe, contra la junta militar liderada por el general Henri Namphy, en el poder desde la caída de Duvalier. Sin embargo, hubo una terrible masacre de 300 campesinos luchando por la tierra en el pueblo de Jean-Rabel. En el otoño, dos de los candidatos presidenciales fueron asesinados. Los escuadrones asesinos de los Macoutes regresaron y comités de vigilancia aparecieron en los barrios pobres de la capital, resultando en varias muertes. El 29 de noviembre, la ofensiva reaccionaria alcanzó su máximo punto y la junta militar desencadenó una ola de matanzas violentas contra las masas de Haití, cancelando también las elecciones. Dos meses más tarde, la junta llevó a cabo sus propias elecciones (incluso con los candidatos que se negaron a participar), declarando a Leslie Manigat como presidente, quien fue algún tiempo partidario de Duvalier (y después opositor), quien se comprometió a apoyar al ejército y mantener una cortina sobre Haití.

manigat.jpg
Leslie Manigat

Desde entonces, los Estados Unidos, que inicialmente se opusieron a la acción del ejército, intentaron limpiar la imagen manchada de sangre de Manigat. Los planes para una reforma y de una “democratización” fueron cancelados como potencialmente desestabilizadores en este país de 6.000.000 de personas. El ejército continuó su dura represión contra las masas y la izquierda, manteniendo nuevamente la impunidad de los Macoutes. Manigat anunció su intención de atacar a los revolucionarios, que trabajaban fuera y criticaban a los revisionistas del PUCH (Partido Unificado de los Comunistas Haitianos). El despertar de las masas, que habían amenazado seriamente la junta durante la huelga general y las revueltas urbanas, en junio y julio de 1987, y que ayudaron al despertar de millones para la vida política en los últimos dos años, disminuyó temporalmente.

Pero la profunda crisis que enfrentaban los gobernantes de Haití, reflejada en las matanzas, no se había resuelto. El 19 de junio, el general Namphy depuso a Manigat y este fue enviado fuera del país. Así, los círculos dominantes siguen estando profundamente divididos y dejando excelentes posibilidades para el avance de la revolución.

henri namphy.jpg
Henri Namphy

Nosotros publicaremos a continuación extractos de dos documentos relativos al desenvolvimiento del movimiento revolucionario en Haití. El primero, “la revolución es la única solución”, fue publicado como un panfleto por el GRIA (Grupo Revolucionario Internacionalista Haitiano) en el verano de 1987, varios meses antes de la masacre de las elecciones en noviembre. El segundo documento es un folleto producido después de las elecciones por apoyadores y simpatizantes del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI). Para saber más sobre el movimiento revolucionario en Haití, vea A World to Win número 6 “¡Haití: La toma del poder apenas comienza!”:

“(…) Haití ha sido una neocolonia del imperialismo estadounidense desde 1915, y antes de esto fue dominado por el imperialismo francés, primero como colonia y luego como neocolonia, poco después de la Guerra de Independencia. Durante los 19 años que Estados Unidos ocupó Haití, ellos levantaron muchas instituciones, incluyendo un ejército, moldeando las clases dominantes para gobernar Haití en favor de sus intereses. Cuando retiraron sus fuerzas del país, conservaron la misma estructura y, a través de sus lacayos, continuaron su dominación sobre Haití. A través de esta estructura, los imperialistas han sido capaces de dictar durante años el curso de la política y la economía haitiana. Ellos escogían quien gobernaría y quien sería depuesto. Crearon, armaron y entrenaron el ejército para reprimir a las masas siempre que se rebelaban contra la subyugación (…)

índice.jpg
Marines estadounidenses en 1915 marchando en Haití

Para todos debe estar claro que las clases imperialistas y reaccionarias no pueden y no van a dar a las masas haitianas el verdadero poder político, ni siquiera llevar a cabo una revolución democrática completa. De hecho, ellos tienen interés en mantener a las masas subyugadas y nunca dejarán caer sus cuchillos de carnicero. Por lo tanto, el pueblo haitiano nunca obtuvo la liberación. Es por eso que decimos que la revolución haitiana debe desmantelar la estructura neocolonial y suprimir las clases reaccionarias que mantienen y lucran con el sistema actual. “La reforma democrática”, la cual solo podría reforzar la estructura, calma a las masas y hace que se duerman, empeorando aún más su miseria y opresión.

De tal forma, la Revolución de Nueva Democracia es la única solución para la crisis. ¿Por qué es la única solución? (…)

Como Mao afirma claramente, la Revolución de Nueva Democracia es parte de la revolución proletaria mundial; dentro del propio país, es la primera en una revolución de dos etapas, llevando al socialismo, cuyo objetivo final es un mundo comunista. La primera fase de esta revolución debe basarse en el campo, donde el proletariado y su partido deben tomar la mayor parte de los campesinos como fuerza principal en la lucha contra el imperialismo, la burguesía compradora-burocrática y el feudalismo. En esta primera fase, el proletariado y su partido deben conducir a los campesinos haitianos en la guerra para derrotar a su enemigo y resolver la arcaica y centenaria contradicción en la sociedad haitiana, la cual ha sido la principal fuente de conflicto y la más importante causa de todas las guerras, desde Goman hasta Acaau, la Guerra de los Piquetes y la de Cacos, o sea, la cuestión de la tierra.

Así, la cuestión agraria, incluida la demanda de tierra para quien la trabaja, es clave para esta primera etapa.

Pero al mismo tiempo, la resolución de la cuestión de la tierra es parte del proceso revolucionario global. La etapa de nueva democracia en la revolución es también una guerra de liberación nacional, una guerra para desmantelar la estructura neocolonial, para derribar así a los imperialistas y sus lacayos (…) Es esencial que el proletariado conduzca esa primera etapa, pues es el único camino para que la revolución sea victoriosa, y es la única manera por la cual la revolución pasará a la segunda etapa, la fase socialista.

Para que la revolución sea exitosa en Haití, son necesarias lo que Mao llamó las “Tres Armas Mágicas”: el Partido, el Ejército Popular y el Frente Único (…)

Mao Tse Tung declaró que: “Sin un ejército del pueblo, las personas no tienen nada”. Los acontecimientos recientes, incluidas las masacres realizadas por el ejército en la huelga general de junio-julio, demuestran claramente la veracidad de esta afirmación. Muchos revolucionarios y muchos de entre las masas comienzan a percibir esto. Los eventos también dejaron en claro que el ejército se está preparando para la guerra, una guerra de violencia y brutalidad contra las masas haitianas. Su guerra es una guerra reaccionaria, una guerra para mantener a la mayoría de las masas haitianas sometidas y oprimidas, para mantener la dominación imperialista y la explotación de clase en Haití. Sin embargo, lo que necesita Haití es una guerra justa, una guerra popular, una guerra para derrumbar la dominación imperialista y reaccionaria, una guerra basada en las personas (…)

CrbIkCE.jpg

Hay quienes critican nuestra posición y dicen que nuestra visión sobre el ejército del pueblo y la guerra popular es una receta para el suicidio nacional. Ellos defienden que nosotros y las masas debemos enterrar la cabeza en las elecciones u organizarse sin cesar para pequeñas o limitadas reformas. No, nuestra línea no es una receta para el suicidio nacional, sino una línea de liberación nacional –y es el único camino hacia la revolución por un mejor y más brillante futuro para las oprimidas masas haitianas. Y sostenemos que ningún grupo, ningún partido y ningún individuo podría llamarse revolucionario si no define, como su mayor tarea, preparar a las masas para librar una guerra semejante, forma principal y más grande de lucha (…)

Este no es el momento para que los revolucionarios tengan miedo o se encierren en la hibernación; este es el momento para ser activos y no tener miedo, tiempo de desechar las ilusiones y prepararse para librar una decisiva lucha para derrotar al imperialismo y sus lacayos en todo el mundo. En los últimos 70 años, las masas oprimidas de Haití, sedientas de libertad, han tratado de deshacerse por medios políticos pacíficos, votando en las constituciones, escogiendo varios candidatos a la presidencia que aparentemente provienen de las masas trabajadoras oprimidas (…), más esos esfuerzos siempre han sido frustrados porque el imperialismo y los reaccionarios haitianos siempre visualizan las aspiraciones del pueblo para una verdadera emancipación como una amenaza. Así, ellos siempre respondieron por medios violentos, o sea, matando, encarcelando torturando y aterrorizando al pueblo para someterlo. De hecho, los imperialistas y reaccionarios haitianos siempre han librado la política por medios violentos. La política con derramamiento de sangre. Ahora bien, este clave momento histórico donde las masas están luchando por una genuina liberación y emancipación, debe organizarse para barrer el imperialismo, el capitalismo y el feudalismo, y la única manera en que seremos capaces de hacer esto es a través de la derrota reaccionaria y, por lo tanto, de la violencia opresiva (…)

Podemos inspirarnos en la heroica guerra popular en Perú, liderada por el Partido Comunista del Perú (conocido en los medios como “Sendero Luminoso”), que ha pasado de ser una chispa a transformarse en un incendio devastador y todo esto sin pedir una sola bala a cualquier país gobernado por el imperialismo, sea del bloque Occidental o del bloque Soviético (…)

El Frente Único es otro de los tres componentes necesarios para una revolución exitosa en Haití o cualquier otro país. El principal objetivo del Frente Único no es trabar una lucha táctica para remover un dictador, sino entablar una lucha revolucionaria para eliminar el imperialismo, demoler la estructura neocolonial de dependencia respecto al imperialismo y derribar a la burguesía compradora y el feudalismo (…)

De todas las clases de la sociedad haitiana que estarán en el frente antiimperialista y antifeudal, solo el proletariado puede llevar una lucha revolucionaria intransigente, ya que el proletariado es la única clase que no tiene nada de que aferrarse en esta situación, y por lo tanto, la única clase capaz de liberar a todas las demás clases oprimidas. Así, el proletariado de Haití debe liderar la revolución haitiana, la lucha armada y el frente único.

Entre las otras clases de la sociedad haitiana que tiene intereses irreconciliables con lo establecido, el más oprimido y numeroso es el campesinado. De esta forma, el campesinado es el aliado estratégico del proletariado y la fuerza principal de la revolución en su etapa de Nueva Democracia, y debe ser conducido como tal por el proletariado en esta lucha. Mientras el campesinado en su conjunto debe unirse, hay sectores del campesinado cuyos intereses son más cercanos a los del proletariado. Estos son los campesinos sin tierra, los pobres y los medianos. La alianza entre los obreros y las amplias masas campesinas debe ser la columna vertebral del Frente Único.

Como se dijo anteriormente, cada una de las clases al interior del Frente Único tiene diferentes intereses de clase y va a intentar perseguirlos. Esos contrastantes intereses son los que determinan que el proletariado y su partido mantengan una línea independiente e iniciativa de acción dentro, al mismo tiempo que dirige el frente único, pues en caso contrario, no serán capaces de llevar la revolución a completar su primera etapa democrática y mucho menos llevar adelante hacia el camino socialista con el objetivo final de un mundo comunista (…)

Como afirma la declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista, lo que necesitamos es de un partido marxista-leninista que “debe armar al proletariado y las masas revolucionarias, no sólo de una comprensión de la tarea inmediata de llevar a cabo la revolución de Nueva Democracia y del papel e intereses conflictivos de las diferentes fuerzas de clase, amigos y enemigos por igual, sino también de la necesidad de preparar la transición para la revolución socialista y del objetivo final del comunismo en todo el mundo”.

Actualmente, sin embargo, las fuerzas subjetivas están en conflicto con la situación objetiva. La lucha de las masas hasta ahora se ha desenvuelto sin la dirección del proletariado y su partido. Esta situación ha de ser corregida luego, pues en caso contrario, podrá resultar en un efecto desastroso sobre las actuales perspectivas revolucionarias en Haití. Así, todos los revolucionarios deben esforzarse por lograr un gran cambio en la situación actual.

Obviamente, no somos una voz solitaria en el desierto; hay muchos revolucionarios, tanto en Haití como fuera de él y también la mayoría de las masas haitianas que realmente quieren una revolución en Haití. Los eventos de Haití, en los últimos dos años y especialmente en los últimos meses, muestran claramente que el proletariado de Haití, el campesinado, la pequeña burguesía, los jóvenes, los desempleados y otros sectores de las masas oprimidas quieren un cambio radical en el país. Ellos han demostrados que están dispuestos a sacrificar, incluso si cuesta su vida, por una transformación. Es verdad que muchas personas no están totalmente conscientes sobre cómo va a lograrse el objetivo revolucionario y aún conservan algunas ilusiones en la constitución, las elecciones, las reformas democráticas y que la lucha democrática pacífica les ayudará a lograr este objetivo. Sin embargo, el actuar de la clase dominante está destrozando rápidamente tales ilusiones, a pesar del esfuerzo de burgueses y burócratas, de oportunistas y revisionistas, quienes siempre tratan de dirigir a las masas a una salida por su vía electoral y reformista. Muchos dentro de las masas están percibiendo estos regímenes reaccionarios y abandonando este rumbo. Muchos otros perciben que, con constitución o no, con elecciones o sin elecciones, dictadura abierta o “democracia” representativa, el poder de la clase dominante descansa sobre la violencia, en balas y bayonetas, y si las personas quieren el poder político, si ellos quieren la liberación, deben buscarla a través del cañón del fusil. Es por estas masas y la gran mayoría de las personas que necesitan desesperadamente una verdadera revolución que elaboramos la línea y la alternativa en este texto.»

07621368.jpg
Protesta anti ocupación en Haití durante el 2014.

 

BRASIL: NUEVO CAMPESINO ASESINADO EN EL CAMPAMENTO BACURI, RÍO CRESPO

Publicado por A Nova Democracia (Una Nueva Democracia), Brasil.

Campesino es asesinado en campamento Bacuri, ubicado en Río Crespo.

Recibimos la gravísima denuncia de abogados populares comprometidos en la defensa de campesinos pobres en lucha en el estado de Rondonia, sobre el asesinato, este 29 de enero, del campesino conocido como Ceará. Él fue asesinado en el campamento Bacuri, en el municipio de Río Crespo (estado de Rondonia).

Según los campesinos, una hacienda, que se estableció en tierras de la Unión, fue tomada ilegalmente por el latifundista Paulo Franca, que había, según los campesinos, invadido días antes el campamento y amenazado de muerte, diciendo que «iría a matar unos 10 campesinos» para así expulsar el campamento. Antes del asesinato del campesino Ceará, el coordinador del área había sufrido el criminal incendio de su casa.

El área de Burareiro, donde se encontraba la hacienda y ahora el campamento, es una región que debería haberse destinado, de acuerdo con la propia jurisdicción, para el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) y dirigida para asentar las familias en la fallida e inoperante «reforma agraria».

Son tierras que deberían pertenecer a los campesinos.

cp1

FISCALÍA DE PANGUIPULLI QUIERE CERRAR INVESTIGACIÓN POR EL ASESINATO DE MACARENA VALDÉS

Compartimos la denuncia realizada por la familia Collío Valdés publicada en Territorio Inkieta y Radio Inkieta

«Declaración pública de familia de Macarena Valdés y la abogada Manuela Royo, quien está ayudando en esta causa, hemos recibido la información que la fiscalía pretende cerrar la investigación sobre el asesinato de nuestra madre y compañera, nos han citado para el día 7 de Marzo de 2017 para informar la intención de “NO PERSEVERAR” en la investigación.

Se convoca a manifestarse, solidarizar y acompañarnos el día Martes 7 de marzo de 2017 a las 9:30 hrs. en las dependencias de los tribunales de justicia de Panguipulli, donde nos opondremos al cierre de la investigación.
Traer ayekawe y mucho Newen.

DECLARACION PÚBLICA

Como familia de Macarena Valdés y a través de la abogada Manuela Royo, quien nos está ayudando en esta causa, hemos recibido la información que la fiscalía pretende cerrar la investigación sobre el asesinato de nuestra madre y compañera, nos han citado para el día 7 de Marzo de 2017 para informar la intención de “NO PERSEVERAR” en la investigación

Ante esta terrible noticia queremos declarar lo siguiente:

1.- Reafirmamos la convicción de que Macarena Valdés Muñoz fue asesinada, una madre de cuatro hermosos hijos que había logrado ser feliz, formando una hermosa familia, que como mapuche logro vivir en armonía con la vida que la rodeaba, no tenía razones para quitarse la vida como lo trataron de hacer parecer desde un primer momento.

2.-Creemos firmemente que este ASESINATO no tiene otra finalidad que la de intentar causar temor en los movimientos sociales y de justa reivindicación de nuestro pueblo mapuche, reafirmado por las continuas amenazas que sufren nuestras lamngen hasta el día de hoy.

3.- Cuestionamos el informe de autopsia, considerando la mala reputación del Sr. Enrique Rocco; profesional firmante de la autopsia de Macarena, quien presenta antecedentes públicos que en ocasiones anteriores ha firmado informes de autopsias que no ha realizado y que en este caso en particular de acuerdo a lo conversado con especialistas en medicina forense, presenta una cantidad de incertezas que no permiten llegar a una conclusión.

4.- Nos oponemos tajantemente al cierre de la investigación, considerando que es deber de la fiscalía realizar todos los esfuerzos por aclarar y despejar toda duda en un caso de asesinato, más aun en un hecho tan macabro como este.

 5.- Convocamos a manifestarse, solidarizar y acompañarnos el día Martes 7 de marzo de 2017 a las 9:30 hrs. en las dependencias de los tribunales de justicia de Panguipulli, donde nos opondremos al cierre de la investigación.

Traer ayekawe y mucho Newen.

6.- Dejamos en libertad de acción cualquier manifestación y muestra de apoyo que se quiera realizar en cualquier parte del territorio, considerando que esta es una muestra más de la vulneración de derechos desde el estado Chileno hacia el pueblo nación Mapuche, negándonos la justa investigación, esclarecimiento y cárcel a los culpables.

Fentren newen nieymün, trepeleimün, witrapuraymün

Marichiwew!!!!!»

 

REVOLUCIÓN RUSA DE FEBRERO: LA BURGUESÍA NO DEBE DIRIGIR

Nota del editor: 

Este año se cumplen 100 años de la gloriosa Revolución Rusa. Los obreros y campesinos rusos mostraron el camino a los pueblos del mundo. Por ello, estaremos aportando con textos que ayudan a conocerla y extraer sus principales lecciones. Hoy se cumplen 100 años de la Revolución de Febrero y dejamos a los lectores un extracto que relata sus principales hechos. Aunque son 100 años, las lecciones son totalmente vigentes: la necesidad que el proletariado dirija la lucha revolucionaria, no confiar en la dirección de la burguesía y sus partidos oportunistas, ni menos aún en sus falsas promesas. Toda semejanza con la realidad no es coincidencia.Son lecciones que debemos extraer para el presente. 

(Extraído del libro Historia del Partido Comunista Bolchevique de la URSS. Ediciones en Lenguas extranjeras, Moscú, 1939. Las palabras en negrita son nuestras).

La Revolución de febrero. – Caída del zarismo. – Constitución de los Soviets de diputados obreros y soldados. – Formación del Gobierno provisional. – La dualidad de poderes.

El año 1917 comenzó con la huelga del 9 de enero. Durante esta huelga, celebráronse manifestaciones en Petrogrado, Moscú, Bakú y Nizhni-Nóvgorod; el 9 de enero abandonaron el trabajo cerca de la tercera parte de los obreros de Moscú. Una manifestación de 2.000 personas fue disuelta violentamente por la policía montada en la avenida Tverskaia. En Petrogrado, los soldados se unieron a los manifestantes, en la calzada de Viborg.

«La idea de la huelga general -informaba la policía de Petrogrado- va ganando nuevos adeptos de día en día y adquiriendo la misma popularidad que en 1905».

Los mencheviques y los socialrevolucionarios esforzábanse por encauzar el movimiento revolucionario incipiente dentro del marco conveniente para la burguesía liberal. Los mencheviques propusieron que el 14 de febrero, día de la apertura de la Duma, se organizase un desfile de obreros delante de ésta. Pero las masas obreras, marchando detrás de los bolcheviques, no desfilaron ante la Duma, sino en manifestación por las calles.

El 18 de febrero de 1917 estalló, en Petrogrado, la huelga de los obreros de la fábrica «Putilov». El 22 de febrero pusiéronse en huelga los obreros de la mayoría de las grandes fábricas. El 23 de febrero (8 de marzo), Jornada Internacional de la Mujer, las obreras, respondiendo al llamamiento del Comité bolchevique de Petrogrado, lanzáronse a la calle en manifestación contra el hambre, contra la guerra y contra el zarismo. En Petrogrado, esta manifestación de las obreras fue apoyada con una acción huelguística general de los obreros. La huelga política comenzaba a convertirse en una manifestación política general contra el régimen zarista.

El 24 de febrero (9 de marzo), la manifestación se renovó con nuevos bríos. La huelga afectaba ya a cerca de 200.000 obreros.

El 25 de febrero (10 de marzo), el movimiento revolucionario se extendió a todo el Petrogrado obrero. Las huelgas políticas por distrito convirtiéronse en una huelga política general en toda la ciudad. Por todas partes surgían manifestaciones y choques con la policía. Sobre las masas obreras campeaban carteles rojos con estas consignas: «¡Abajo el zar!», «¡Abajo la guerra!», «¡Pan!».

En la mañana del 26 de febrero (11 de marzo), la huelga política y la manifestación comenzaron a convertirse en intentos de insurrección. Los obreros desarmaban a la policía y a los gendarmes para armarse ellos. Pero el choque armado con la policía terminó con una matanza de manifestantes en la plaza Snamenskaia.

El general Jabalov, jefe de la región militar de Petrogrado, ordenó que los obreros se reintegrasen al trabajo el 28 de febrero (13 de marzo), conminando con enviar al frente a los que no acatasen esta orden. El 25 de febrero (10 de marzo), el zar cursa al general Jabalov esta orden imperativa: «Exijo que mañana se ponga fin a los desórdenes en la capital».

Pero ya no era posible «poner fin» a la revolución.

El 26 de febrero (11 de marzo), la cuarta compañía del batallón de reserva del regimiento de Pavlovsk rompió el fuego, pero no contra los obreros, sino contra los destacamentos de guardias montados que habían comenzado a disparar contra los obreros. La lucha por ganarse a las tropas revestía el carácter más enérgico y tenaz, sobre todo por parte de las mujeres obreras, que se mezclaban entre los soldados, confraternizaban con ellos y les incitaban a ayudar al pueblo a derribar la autocracia zarista, tan odiada por él.

La dirección del trabajo práctico del Partido bolchevique corría, por aquellos días, a cargo del Buró del Comité Central del Partido, residente en Petrogrado, al frente del cual estaba el camarada Molotov. El 26 de febrero (11 de marzo), el Buró del C.C. lanzó un manifiesto llamando a las masas a proseguir la lucha armada contra el zarismo y a constituir un Gobierno provisional revolucionario.

El 27 de febrero (12 de marzo), las tropas de Petrogrado se negaron a disparar contra los obreros y comenzaron a pasarse al pueblo levantado en armas. En la mañana del 27 de febrero, los soldados sublevados no pasaban de 10.000; aquel mismo día por la noche, ascendían ya a 60.000.

Los obreros y soldados levantados en armas empezaron a detener a los ministros y generales zaristas y a sacar de las cárceles a los revolucionarios. Los presos políticos, puestos en libertad, se unían a la lucha revolucionaria.

En las calles había todavía tiroteo entre el pueblo y los guardias y gendarmes que habían emplazado sus ametralladoras en los tejados de las casas. Pero el rápido paso de las tropas al lado de los obreros decidió la suerte de la autocracia zarista.

Cuando la noticia del triunfo de la revolución en Petrogrado llegó a otras ciudades y al frente, los obreros y los soldados comenzaron a derribar por todas partes a los representantes de la autoridad zarista.

La revolución democrático burguesa de Febrero había triunfado.

La revolución triunfó, porque se puso al frente de ella la clase obrera, acaudillando el movimiento de masas de millones de campesinos vestidos de uniforme militar «por la paz, por el pan y por la libertad». La hegemonía del proletariado fue lo que aseguró el triunfo de la revolución.

«La revolución ha sido obra del proletariado, que ha dado pruebas de heroísmo, ha derramado su sangre y ha arrastrado con él a las más extensas masas de los trabajadores y de la población más pobre…», escribía Lenin en los primeros días de la revolución (Lenin, t. XX, págs. 23-24, ed. rusa).

La primera revolución, la revolución de 1905, había preparado el terreno para el rápido triunfo de la segunda revolución, de la revolución de 1917.

«Sin los tres años de formidables combates de clases y de energía revolucionaria desplegada por el proletariado ruso de 1905 a 1907, hubiera sido imposible una segunda revolución tan rápida, que ha cubierto su etapa inicial en unos cuantos días», indicaba Lenin (Obra citada, pág. 13).

En los primeros días de la revolución, aparecieron ya los Soviets. La revolución triunfante apoyábase en los Soviets de diputados obreros y soldados. Los obreros y soldados levantados en armas crearon sus Soviets respectivos. La revolución de 1905 había revelado que los Soviets son los órganos de la insurrección armada y, al mismo tiempo, el germen del nuevo Poder, del Poder revolucionario. La idea de los Soviets vivía en la conciencia de las masas obreras y la pusieron en práctica al día siguiente de ser derribado el zarismo, aunque con la diferencia de que, mientras los Soviets creados en 1905 eran solamente Soviets de diputados obreros, los que se crearon en febrero de 1917 eran, por iniciativa de los bolcheviques, Soviets de diputados obreros y soldados.

Mientras los bolcheviques se ponían al frente de la lucha directa de las masas en las calles, los partidos oportunistas, mencheviques y socialrevolucionarios, preocupábanse de obtener puestos de diputados en los Soviets, alcanzando en ellos una mayoría propia. A este resultado contribuyó, en parte, el hecho de que la mayoría de los dirigentes bolcheviques se hallaban en la cárcel o en la deportación (Lenin se encontraba en la emigración, y Stalin y Sverdlov estaban deportados en Siberia), mientras los mencheviques y socialrevolucionarios se paseaban libremente por las calles de Petrogrado. Así se explica que los representantes de los Partidos oportunistas, los mencheviques y los socialrevolucionarios, se adueñasen de la dirección en el Soviet de Petrogrado y en su Comité Ejecutivo. Y otro tanto aconteció en Moscú y en otra serie de ciudades. Solamente en Ivánovo-Vosnesensk, Krasnoyarsk y algunos otros puntos lograros los bolcheviques tener la mayoría en los Soviets desde el primer momento.

El pueblo armado, los obreros y soldados, al enviar sus representantes al Soviet, veían en él el órgano del Poder popular. Entendían y creían que el Soviet de diputados obreros y soldados daría satisfacción a todos los anhelos del pueblo revolucionario y que su primer acto sería concertar la paz.

Pero el exceso de confianza de los obreros y soldados les jugó una mala pasada. Los socialrevolucionarios y mencheviques no pensaban ni remotamente en poner fin a la guerra, en conquistar la paz. Su propósito era aprovecharse de la revolución para proseguir la guerra. En cuanto a la revolución y a las reivindicaciones revolucionarias del pueblo, los socialrevolucionarios y los mencheviques entendían que la revolución ya estaba terminada y que el problema que ahora se planteaba era consolidarla y entrar en los cauces de la vida «normal», de la vida constitucional, del brazo de la burguesía. Así, la dirección socialrevolucionaria-menchevique del Soviet de Petrogrado tomó todas las medidas que estaban en sus manos para ahogar el problema de la terminación de la guerra, el problema de la paz, y entregar el Poder a la burguesía.

El 27 de febrero (12 de marzo) de 1917, los diputados liberales de la Duma, confabulados entre bastidores con los líderes socialrevolucionarios y mencheviques, formaron el Comité provisional de la Duma, poniendo al frente de él al presidente de la cuarta Duma, al terrateniente monárquico Rodzianko. Algunos días después de esto, el Comité Provisional de la Duma y los líderes socialrevolucionarios y mencheviques del Comité Ejecutivo del Soviet de diputados obreros y soldados, a espaldas de los bolcheviques, se pusieron de acuerdo sobre la formación de un nuevo gobierno en Rusia: el Gobierno provisional burgués, presidido por el príncipe Lvov, a quien el zar Nicolás II, ya antes de la revolución de Febrero, tenía en cartera como primer ministro para su gabinete. Entraron a formar parte del Gobierno provisional, el jefe de los kadetes, Miliukov, el jefe de los octubristas, Guchkov, y otros destacados representantes de la clase capitalista; en calidad de representante de la «democracia», fue incorporado al gobierno el socialrevolucionario Kerenski.

De este modo, los líderes socialrevolucionarios y mencheviques de Comité Ejecutivo de Soviet entregaron el Poder a la burguesía; informando de ellos después de producirse el hecho, el Soviet de diputados obreros y soldados refrendó por mayoría de votos la conducta de aquellos líderes, a pesar de las protestas de los bolcheviques.

Y así se formó en Rusia un nuevo Poder estatal, compuesto -como decía Lenin- por representantes de «la burguesía y de los terratenientes aburguesados».

Pero, al lado del gobierno burgués, existía otro Poder: el Soviet de diputados obreros y soldados. Los diputados soldados del Soviet eran, fundamentalmente, campesinos movilizados para la guerra. El Soviet de diputados obreros y soldados era el órgano de la alianza de los obreros y campesinos contra el Poder zarista y, al mismo tiempo, el órgano de su Poder, el órgano de la dictadura de la clase obrera y de los campesinos.

Se estableció, pues, un original entrelazamiento entre dos poderes, entre dos dictaduras: la dictadura de la burguesía, encarnada en el Gobierno provisional, y la dictadura del proletariado y de los campesinos, representada por el Soviet de diputados obreros y soldados.

Se estableció una dualidad de poderes.

¿Cómo se explica que en los Soviets tuviesen mayoría, al principio, los mencheviques y socialrevolucionarios?

¿Cómo se explica que los obreros y campesinos triunfantes entregasen voluntariamente el Poder a los representantes de la burguesía?

Lenin explicaba esto por los millones de hombres inexpertos en política que habían despertado con ansias de participar en la vida política. Eran, en gran parte, pequeños propietarios, campesinos, obreros que hasta hacía poco trabajaban en el campo, hombres que ocupaban un lugar intermedio entre la burguesía y el proletariado. Rusia era, por aquel entonces, el más pequeñoburgués de todos los grandes países europeos. En este país, «la gigantesca ola pequeñoburguesa lo inundaba todo, ahogaba al proletariado consciente, no sólo por su volumen, sino también ideológicamente: es decir, contagiaba, infestaba a sectores extensísimos de obreros con sus ideas políticas pequeñoburguesas» (Lenin, t. XX, pág. 115, ed. rusa).

Esta ola de elementos pequeñoburgueses fue también la que sacó a la superficie a los partidos pequeñoburgueses mencheviques y socialrevolucionarios.

Otra causa que Lenin señalaba, era el cambio operado durante la guerra en cuanto a los elementos que componían el proletariado, y el insuficiente nivel de conciencia y de organización del proletariado en los primeros momentos de la revolución. Durante la guerra, habíanse operado cambios considerables en la composición del proletariado. Cerca de un 40 por 100 de los cuadros obreros habían sido movilizados militarmente. Con el fin de sustraerse a la movilización, se metieron en las fábricas, en los años de guerra, muchos pequeños propietarios, artesanos y tenderos, ajenos a la psicología proletaria.

Estos sectores obreros de tipo pequeñoburgués eran un terreno abonado para el cultivo de los políticos pequeñoburgueses, mencheviques y socialrevolucionarios.

He aquí por qué las grandes masas del pueblo, inexpertas en política, inundadas por la oleada de los elementos pequeñoburgueses y emborrachadas por los primeros éxitos de la revolución, marcharon durante los primeros meses de ésta a la zaga de los partidos oportunistas y se prestaron a ceder a la burguesía el Poder estatal, creyendo ingenuamente que el Poder burgués no había de estorbar la labor de los Soviets.

Esto planteaba al Partido bolchevique la tarea de hacer ver a las masas, por medio de una paciente labor de esclarecimiento, el carácter imperialista del Gobierno provisional, la tarea de poner al desnudo la traición de los socialrevolucionarios y mencheviques, haciendo comprender a las masas que no era posible lograr la paz, sin substituir el Gobierno provisional por el Gobierno de los Soviets.

Y el Partido bolchevique tomó en sus manos esta empresa con toda energía.

El Partido reanudó la publicación de sus órganos legales de prensa. Cinco días después de la revolución de Febrero, ya comenzó a publicarse en Petrogrado la «Pravda» y, algunos días más tarde, apareció en Moscú «El Socialdemócrata». Empezó a actuar a la cabeza de las masas que iban sobreponiéndose a la confianza en la burguesía liberal, en los mensheviques y socialrevolucionarios. Explicó pacientemente a los soldados y a los campesinos la necesidad de que actuasen juntamente con la clase obrera. Les hizo ver que los campesinos no obtendrían la paz ni la tierra, si la revolución no seguía avanzando, si el Gobierno provisional de la burguesía no era sustituido por el Gobierno de los Soviets.

RESUMEN

La guerra imperialista estalló como consecuencia de la desigualdad de desarrollo de los países capitalistas, como consecuencia de la ruptura del equilibrio entre las principales potencias, como consecuencia de la necesidad en que se veían los imperialistas de proceder a un nuevo reparto del mundo por medio de la guerra y de crear un nuevo equilibrio de fuerzas.

La guerra no habría adquirido un carácter tan desastroso, y hasta es probable que no hubiera llegado a tomar tales proporciones, si los partidos de la Segunda Internacional no hubiesen traicionado la causa de la clase obrera, si no hubiesen infringido los acuerdos de los congresos de la Segunda Internacional contra la guerra, si se hubiesen decidido a proceder activamente y poner en pie a la clase obrera contra sus propios gobiernos imperialistas, contra los incendiarios de la guerra.

El Partido bolchevique fue el único partido proletario que se mantuvo fiel a la causa del socialismo y del internacionalismo, organizando la guerra civil contra su propio gobierno imperialista. Todos los demás partidos de la Segunda Internacional, vinculados con la burguesía a través de su grupo dirigente, resultaron estar entregados de pies y manos al imperialismo, desertaron al campo de los imperialistas.

La guerra, reflejo de la crisis general del capitalismo, agudizó esta crisis y debilitó al capitalismo mundial. Los obreros de Rusia y el Partido bolchevique fueron los primeros del mundo que supieron aprovechar eficazmente la debilidad del capitalismo para romper el frente imperialista, derribar al zar y crear los Soviets de diputados obreros y soldados.

Las grandes masas de la pequeña burguesía, de los soldados e incluso de los obreros, embriagadas por los primeros éxitos de la revolución y confiadas en las seguridades que les deban los mencheviques y socialrevolucionarios de que en adelante todo marcharía bien, se dejaron llevar de la confianza en el Gobierno provisional, apoyaron a éste.

Ante el Partido bolchevique se planteaba la tarea de explicar a las masas de obreros y soldados, embriagadas por los primero éxitos, que aun había un largo trecho que recorrer hasta el triunfo total de la revolución, que mientras el Poder se hallase en manos de los Gobierno provisional de la burguesía y mandasen en los Soviets los oportunistas, los mencheviques y socialrevolucionarios, el pueblo no obtendría la paz, ni la tierra ni el pan; que, para que la victoria fuese completa, era necesario dar un paso más hacia adelante y entregar el Poder a los Soviets.

HONDURAS APRUEBA LEY QUE CALIFICA A MANIFESTANTES COMO «TERRORISTAS»

Publicamos noticia que apareció en Radio Bio Bio y que a su vez fue tomada de Agence France-Presse, expresando nuestra máxima condena al terrorista Estado de Honduras. Pero no puede verse esto como algo ajeno a la realidad del Estado de Chile o de cualquier país capitalista, sobre todo los del tercer mundo, donde las “libertades” de la democracia burguesa son una ficción.

Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Honduras y sus mejores hijos, quienes luchan por transformar la realidad social en su suelo. No olvidamos la Junta Militar Fascista de Pinochet que llamaba terroristas a todos quienes se oponían a su régimen, como también los últimos intentos por modificar la legislación y condenar en nuestro suelo a los manifestantes.

“El Congreso de Honduras aprobó este martes una reforma legislativa que califica como terroristas a los pandilleros y a los participantes en manifestaciones de protesta, pese a un fuerte rechazo de la oposición.

En una sesión del Congreso, integrado por 128 diputados de cinco partidos, el secretario del legislativo, Mario Pérez, sometió a votación un artículo del Código Penal que “tipifica como terrorista el delito de asociación ilícita”.

En el siguiente artículo, Pérez dio como aprobada la norma que establece que comete delito de terrorismo quien hace cualquier acto destinado a “intimidar o causar terror u obligar al Estado y organización internacional a realizar cualquier acto”.

Unas 2.000 personas, según estimaciones de la prensa, participaron en un mitin de protesta por estas decisiones del parlamento en las afueras del edificio.

file_20170222004359.jpg

El paquete de normas denominado Ley para el Fortalecimiento y Efectividad de la Política de Seguridad, que establece penas de hasta 50 años de cárcel, fue enviado por el presidente Juan Orlando Hernández después de una intensa campaña progandística por medios de comunicación.

Ley-contra-el-Financiamiento-del-Terrorismo.jpg

Ejemplo de El Salvador

Hernández ha insistido en que durante manifestaciones de movimientos sociales se cometen actos violentos, como incendiar negocios de comida rápida.

En rueda de prensa, previo a la sesión legislativa, el gobernante llamó a los diputados a aprobar la normativa, argumentando que hay que actuar antes de que las pandillas hagan lo mismo que en El Salvador.

En El Salvador las pandillas “decidieron enfrentar a las autoridades y eso provocó la muerte de más de 60 efectivos” y “por eso es que se han planteado reformas penales”, expresó.

Líderes de la oposición integrados en una alianza contra el gobierno, entre ellos el expresidente y diputado del partido Libertad y Refundación (Libre) Manuel Zelaya, rechazaron públicamente el proyecto en una rueda de prensa.

“Venganza”

El diputado de Libre Rasel Tomé dijo en la cámara que “el Estado no tiene que utilizar la venganza” contra las pandillas y que “la violencia no es solución para reducir los crímenes”.

Indicó que hay pandilleros sentenciados a 300 años de cárcel y eso no ha disminuido la violencia.

Honduras es uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes, más de seis veces el promedio mundial de 8,9.”

COMBATIVA MARCHA POR JUAN PABLO JIMÉNEZ: DIRIGENTE LUCHADOR RECORDADO POR SU PUEBLO

Este martes 21 de febrero, centenares de personas concurrieron a la marcha en conmemoración del dirigente sindical Juan Pablo Jiménez, cuando se cumplen 4 años de su impune asesinato y cada vez más sectores del pueblo exigen justicia.

Juan Pablo era presidente del sindicato N°1 de la empresa contratista Azeta, donde trabajó durante 10 años. En la marcha que conmemoraba su muerte, se oyeron cantos de lucha y consignas contra la subcontratación y contra la represión.

La policía, como perros del viejo Estado, también concurrieron en masa con un contingente desproporcionado, reprimiendo fuertemente a los manifestantes y apaleando a los detenidos en la misma comisaría, como denunciaron y se puede ver en los videos que circulan en la web.

Hoy, 4 años después de su muerte, jóvenes trabajadores toman su ejemplo de lucha por un sindicalismo clasista y revolucionario, justamente el día en que se cumplen 169 años de la primera edición del Manifiesto Comunista y que la lucha de los proletarios del mundo está más viva que nunca en el corazón de las masas.

ABSOLUTO VIGOR DEL MANIFIESTO COMUNISTA PARA LAS LUCHAS DEL PRESENTE

Hoy se cumplen 169 años de la publicación del Manifiesto Comunista. Se puede decir que este fundamental escrito es el Acta de fundación del Movimiento Comunista Internacional. Hoy es encarnado en sus aspectos de mayor avance en las guerras populares de Perú, India, Turquía y Filipinas.

Con este documento, el proletariado reconocía su misión y las tareas que como clase internacional debía cumplir: Emanciparse a sí misma y así emancipar al resto de las clases oprimidas.

manifiesto_comunista.gif
Publicación original del Manifiesto Comunista en 1848

El programa de los comunistas

La Liga de los Comunistas, una asociación internacional de trabajadores, pidió a Karl Marx y Friedrich Engels la redacción y publicación de un detallado programa teórico y práctico del partido. Aunque fue publicado en Alemán en sus inicios, ha sido traducido a casi un centenar de idiomas.

Es sin duda el libro más influyente de la historia contemporánea. Hasta sus más férreos detractores deben reconocer la genialidad y rigurosidad de la obra, cuya intención no pasó de ser un folleto.

marxff.jpg
Liga de los Comunistas, primera organización obrera revolucionaria orientada por la ideología marxista que actuaba clandestinamente

¿Por qué este significado?

En lo fundamental, el Manifiesto expone una teoría de la historia que tiene como base la concepción materialista y la dialéctica. Por ello, su conclusión es que el motor de la historia es la lucha de clases y en cuanto al programa político, el objetivo principal de la lucha política del proletariado es la abolición de la propiedad privada. Pues la propiedad privada es la base material de la existencia de las clases sociales: poseedores y desposeídos.

El Manifiesto Comunista de Marx y Engels goza de un vigor absoluto. Hoy, cuando los poseedores son los grandes monopolios imperialistas que tienen contradicciones irreconciliables con los intereses de los desposeídos.

1852_der_koelner_kommunistenprozess
El proceso de Colonia a militantes de la Liga de los Comunistas en 1852, quienes fueron condenados a presidio.

El rol del proletariado como clase internacional y los medios para enfrentar a sus enemigos de clase quedaron escritos en este texto que condensaba el fuego de la lucha de clases de las revoluciones de febrero de 1848 en Europa. Una consigna resonó en todo el mundo: ¡Proletarios de todos los países uníos!

Cerramos esta nota con las certeras palabras de cierre del Manifiesto Comunista:

“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes tiemblen ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar”.

A continuación dejamos una edición que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Chile que conmemora los cien años del Manifiesto en 1948:

Manifiesto Comunista Edición Centenario Chile (haz click acá para descargar)

Sin título.png

Sin título - copia.png
Tomados del Manifiesto Comunista ilustrado de Rius

MENSAJE A LAS MUJERES REVOLUCIONARIAS (PANTERA NEGRA)

Tomado del blog Cultura Proletaria y traducido por Gran Marcha Hacia el Comunismo

El siguiente texto dirigido a las mujeres revolucionarias negras fue publicado en el periódico del partido “The Black Panther” (La Pantera Negra), 9 Agosto 1969, pág. 23.

Mujeres Negras, Mujeres Negras,

Levantad la cabeza y mirad al frente.

Nosotras también somos necesarias en la revolución.

Hermanas, eduquemos a nuestro pueblo.

Combatir el liberalismo y combatir el machismo. Despertad a nuestros hombres al hecho de que no somos ni más ni menos. Somos tan revolucionarias como ellos. Durante demasiado tiempo, hemos estado solas. Durante demasiado tiempo hemos sido mujeres sin hombres, durante demasiado tiempo hemos sido doblemente oprimidas, no sólo por la sociedad capitalista sino también por los hombres.

Ahora ya no estamos solas más, nuestros hombres están junto a nosotras.

Nosotros, mujeres y hombres revolucionarios, somos la mitad de cada uno.

Debemos continuar educando a nuestros hombres, y conducir sus mentes desde un nivel machista a un nivel superior.

Nuestros hombres necesitan, quieren y amarán a los hermosos hijos, que salen de nuestros fructíferos úteros.

Necesitan nuestra confianza y ánimo al igual que nosotras necesitamos el suyo. Nos necesitan para educarles, a ellos, al pueblo y a nuestros hijos al igual que nosotras les necesitamos para educarnos. Hermanas, somos llamadas por la propia vida.

Somos llamadas por la revolución.

Somos madres de revolucionarios, con nosotras está el futuro de nuestro pueblo.

Nosotras, mis hermanas, somos madres de la revolución y dentro de nuestros úteros está el ejército del pueblo.

¡Hermanas! ¡La Revolución está aquí! ¡Que surja el Ejército! ¡Que surjan los Fusiles!

¡Nosotras, hermanas más, somos mujeres revolucionarias de hombres revolucionarios!

¡Somos las madres de la revolución!

Camarada Candi Robinson

EL PARTIDO COMUNISTA REVOLUCIONARIO DE CHILE (PCR)

El 16 de febrero de 1966 fue fundado el Partido Comunista Revolucionario de Chile, a partir de la unión de la organización comunista Espartaco y la Unión Rebelde Comunista.

La razón fundamental de la fundación del PCR, fue que la dirección del Partido “Comunista” de Corvalán había abandonado el comunismo y renunciado a la lucha contra la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo, optando por seguir la línea que desde el social imperialismo soviético establecía que con los enemigos del pueblo debe haber una “coexistencia pacífica” y que la lucha de clases debe trasladarse a las urnas electorales.

Habiendo renunciado al comunismo, la directiva revisionista comenzó a perseguir a los verdaderos comunistas dentro del Partido, desarrollando una acción de sabotaje contra las iniciativas de educación marxista y prohibiendo documentos del Partido Comunista de China, el que sostenía una discusión fundamental para el Movimiento Comunista a nivel mundial. Los comunistas chinos debatían con los revisionistas rusos problemas que  implicaban abandonar el socialismo o profundizar su construcción, los que pueden revisarse en el siguiente documento https://www.marxists.org/espanol/tematica/china/documentos/pol.pdf.

Dentro de su trabajo de propaganda destacan el Periódico El Pueblo y la revista Causa Marxista-Leninista, que se publicó mensualmente, conteniendo artículos de análisis político nacional, comunicados de organizaciones populares, entrevistas, noticias internacionales y actualizaciones sobre la guerra de liberación nacional en Vietnam y la guerra popular que en Colombia llevaba a cabo el PCML en ese entonces.

En su trabajo en el ámbito obrero fue importante la lucha por la libertad de los obreros de Saba, acusados de provocar un incendio a la fábrica de televisores y la campaña de solidaridad que se desarrolló.

En la lucha estudiantil, están las gloriosas jornadas del Pedagógico, donde corrieron a los corruptos de las JJCC e impulsaron una lucha estudiantil revolucionaria.

En el campo mapuche, el PCR levantó como iniciativa el Netuaiñ Mapu, organización política con la que llevó a cabo luchas y conquistas de tierra junto a comunidades mapuche.

Durante el gobierno de la junta militar fascista, el PCR dirigió varios grupos y células de combate antifascista.

Junto a esto, el PCR de Chile, a nivel internacional luchó contra el revisionismo que usurpó el Poder en la URSS y luego en China, participando en la redacción de la Declaración de Otoño (1980), que fue germen del Movimiento Revolucionario Internacionalista.

Sin embargo, en los primeros años de los 80, el PCR se disolvió, justo poco antes de que estallaran las primeras grandes protestas a nivel nacional. Con los comunistas dispersos, la propaganda del PCR y la propaganda maoísta dejó de circular en Chile.

Como Periódico El Pueblo, consideramos que es necesario conocer la experiencia de este Partido, que es parte de la experiencia en la búsqueda por un auténtico Partido Comunista en Chile durante los 60-70. El PCR fue un Partido que planteaba la necesidad de la revolución y el rechazo a las elecciones, la lucha antiimperialista y la lucha por la revolución democrática.

De esta experiencia es fundamental retomar las banderas de lucha de la revolución democrática contra sus enemigos: latifundio, imperialistas y grandes monopolios burgueses.

NOTA DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA SOBRE LA FUNDACIÓN DEL PCR

“El Partido Comunista Revolucionario de Chile fue fundado en mayo [en realidad es febrero] pasado por el I Congreso de Marxista-Leninista de Comunistas Chilenos, según la información procedente de Santiago.

El Congreso fue organizado por la organización revolucionaria “Espartaco” y la “Unión Rebelde Comunista”, un número de comunistas que se separaron de la dirección revisionista del Partido, los que discutieron proyectos de documentos para el Congreso. Este consideró los proyectos de estatutos y programa y los informes sobre las políticas interna e internacional del Partido. La discusión demostró que los delegados al Congreso son unánimes en su opinión sobre los principios contenidos en estos documentos.

Según el comunicado, el Congreso eligió el Comité Directivo Nacional del Partido Comunista Revolucionario de Chile” (Pekín Informa, Número 31, 03 de agosto de 1966, p. 38).

CON LA FUERZA DE LOS QUE HAN LUCHADO POR EL PUEBLO

Publicado en la edición impresa n° 55 de Periódico El Pueblo (enero 2017)

Este octubre-noviembre, los pueblos y trabajadores del mundo conmemoramos 100 años de la Revolución Rusa, gran hito que marca el fin de la época de las revoluciones burguesas y el inicio de la era de la Revolución Proletaria Mundial.

¿Por qué es tan importante la Revolución Rusa de 1917? Porque sobre las ruinas del dominio capitalista, la clase obrera tomó el control y el destino de su propio trabajo; poniendo fin al latifundio, el campesinado conquistó la tierra, los animales que en ella viven y los frutos que entrega; Jóvenes y niños, que antes eran lanzados hacia el consumo de alcohol y a la delincuencia, se convirtieron en una fuerza fresca y sana que impulsó la nueva sociedad. Después de toda una vida de trabajo, los ancianos ya no tuvieron que mendigar; la mujer fue reconocida en la práctica con las mismas capacidades y derechos que el hombre; a los únicos que se les prohibió actuar fue a los explotadores y contrarrevolucionarios.

La Revolución Rusa remeció la conciencia de los pobres del mundo y, en todos los países, la clase obrera junto a los campesinos pobres, se organizó en Partidos Comunistas, unidos y coordinados como secciones de la Internacional Comunista.

En Chile, las masas venían luchando por conquistar una vida feliz hace décadas. Luis Emilio Recabarren, jefe de la clase obrera, recorrió todo el territorio, organizó Sinfónicas, Sindicatos y Mancomunales, pero estas organizaciones, que lograban conquistas parciales no eran capaces de derrotar al enemigo de clase. Fue así como, viendo el ejemplo de los bolcheviques en Rusia, Recabarren dirigió la fundación del Partido Comunista como Sección Chilena de la Internacional Comunista, los días 1 y 2 de enero de 1922.

II Congreso Internacional Comunista.jpg
II Congreso Internacional Comunista al que Recabarre asistió como delegado de Chile

Hoy, un siglo después de la Revolución Rusa, vemos que esta experiencia se encuentra completamente vigente y que es más urgente que nunca retomar su camino. Retomar el camino de Recabarren, el de organizar bajo un solo torrente las luchas del proletariado y el pueblo. ¿Por qué? Porque los trabajadores y pueblos oprimidos del mundo sufren cada vez más el peso del imperialismo, del capitalismo burocrático y de la semifeudalidad.

Hoy, la cantidad de las masas oprimidas es mucho mayor que en 1917 y la riqu­eza está en cada vez menos manos. Pero estos 100 años no han pasado en vano, pues a la Revolución Rusa le siguieron las Guerras Antifascistas, cuyo punto más alto fue la victoria sobre los nazis; la Revolución China y las Guerras de Liberación Nacional en todos los continentes. En lo ideológico y político, los pueblos se han forjado en dura resistencia a los explotadores y a los oportunistas que auxilian a los grandes magnates de la gran burguesía.

recabarren.jpg
Recabarren y los fundadores del Partido Comunista de Chile – Sección de la Internacional Comunista

En Chile, estos 100 años de la Revolución Rusa enseñan que lo más importante es que el proletariado y el pueblo deben armarse política e ideológicamente en un auténtico Partido Comunista, pues sin él no se puede conquistar el poder ni organizar la construcción de una nueva sociedad que resista los ataques del imperialismo y los reaccionarios locales. El camino de la “vía pacífica al socialismo”, que en realidad es una vía sangrienta para que se imponga el fascismo, no es una creación nacional, sino una política internacional del revisionismo (falsificadores del marxismo) y el oportunismo, por lo que debe romperse totalmente con ella.

Hoy vivimos tiempos magníficos. La situación internacional nos muestra que la revolución se impone con el ejemplo de las guerras populares en Perú, India, Filipinas y Turquía; las guerras de liberación nacional en Asia y África y las protestas populares en todos los países del mundo, ya sean imperialistas o semicolonias.

La situación nacional nos muestra que la lucha por la tierra del pueblo mapuche es punta de lanza de una nueva alza de las luchas y protestas, donde se incluyen una oleada de huelgas y luchas de la juventud popular, expresión de que se pierde el miedo a la policía y los explotadores.

Es por esto que resulta totalmente necesario retomar las rojas banderas de Lenin y Recabarren, desarrollando la lucha de nuestros pueblos y comprendiendo que no partimos de cero, sino que va­mos a cada batalla con la fuerza de todos los que nos han antecedido en la lucha.